Llegan las fiestas y con ellas, la época proclive a los excesos alimenticios. Si estamos firmes en nuestras convicciones, lograremos mantener la dieta, y fundamentalmente evitaremos los atracones.

Estas semanas están repletas de oportunidades para disfrutar de la buena mesa, y más: los atracones, con sentadas interminables a la mesa, de excesos irresponsables, de la copita continuada, de las veladas interminables.

Mesa NavideñaNo podemos olvidar que una cena copiosa y exagerada, sumada a la ansiedad propia de la época del año, puede echar por la borda el esfuerzo de meses realizando dietas, ejercicio físico y control de peso continuado.

Por eso, es muy importante extremar las precauciones para saber ingerir lo justo, lo que demanda nuestro organismo, sin más atracones y sin renunciar por ello, a determinados «caprichos» que eliminen de raíz la posible ansiedad generada cuando vemos al resto de las personas atracarse indiscriminadamente a lo largo de las numerosas sesiones festivas.

Recordemos que los especialistas señalan que quedar atrapado en un círculo vicioso que alterna “restricción y exceso” es un riesgo, porque genera cambios bruscos de conducta, de metabolismo, de personalidad que complica la reinserción rutinaria o la vuelta normal a la dieta y a los ejercicios y es que, a los cambios anímicos se añade un componente de estrés que complica este regreso natural a la dieta ordinaria.

Grábese las palabras de su nutricionista, y permítase los caprichos que desee, pero … todos los que quepan en un plato.
Tenga el valor de mantener sus convicciones, tome ésta como una prueba de la capacidad de conservar sus decisiones y valorar más sus objetivos, a Ud mismo, para poder ser como quiere ser.

Apóyese en el grupo, no sólo a Ud. le pasa. Convérselo, apóyese en los demás y ayude Ud. a sus compañer@s.

Y … felices fiestas!